El contexto cultural en el que se desarrolla el reinado de Carlos V es el Renacimiento. Entre las características principales de esta época podemos distinguir:
Una de las transformaciones importantes que se producen en el orden político y social durante el Renacimiento es la formación de los Estados modernos. Entre los siglos XVIII y el XV surge entre las comunidades un sentimiento de identificación cultural y nacional en un territorio con fronteras determinadas y con un gobierno que dirige los destinos de la nación. Los monarcas interesados en concentrar el poder en su persona negocian con los señores feudales ayudados por lo burgueses, tranzando derechos individuales sobre sus feudos a cambio de importantes privilegios. Así el concepto feudal de lealtad es reemplazado por el de autoridad y obediencia, propios de un Estado con poder centralizado.
Desde el punto de vista económico, el descubrimiento de nuevas fuentes de riqueza, y nuevas rutas comerciales con Asia, África y América, que produjo una inundación de plata y especias, proporcionó el capital necesario para la creación y el mantenimiento de estos nuevos estados modernos.
El comercio internacional favorece también a las economías nacionales lo que impulsa la aparición de una burguesía urbana que controlará la banca, el comercio y la industria artesanal. Esta nueva clase social, con sus gustos y necesidades, promoverá el desarrollo cultural y artístico de la época.
El principal movimiento estético, filosófico, científico y artístico del Renacimiento es el Humanismo que comienza en Italia en el siglo XIV y se extiende al resto de Europa entre los siglos XV y XVI. El Humanismo comenzó como un movimiento de retorno a la cultura clásica como medio de restaurar los valores humanos. Centrados en el estudio del latín y el griego, y también del hebreo, la lengua de la Sagrada Escrituras, los humanistas contribuyeron al re-descubrimiento y la conservación de las obras clásicas. Entre sus avances está la creación de nuevas ciencias como filología, paleografía, epigrafía, arqueología, numismática y la crítica textual y literaria.
El humanismo debe su gran difusión a la aparición, a mediados del s. XV, de un invento revolucionario: la imprenta. Hasta ese momento la transmisión del saber había sido realizada lentamente por los copistas en sus manuscritos, pero ahora se podían multiplicar los ejemplares de una misma obra con mayor rapidez y con un coste más razonable.
Aunque ya existían universidades desde principios del siglo XIII, el número de centros universitarios va a aumentar considerablemente durante esta época. Por ejemplo, en España entre 1400 y 1500 se crearon veinte universidades nuevas. También la educación se extiende a nuevos sectores sociales (en algunas ciudades se llega a tasas de alfabetización del 50% de la población masculina) y algunos humanistas como Juan Luis Vives se preocupa por la instrucción de las mujeres.
Uno de los humanistas de mayor influencia en España fue el holandés Desidero Erasmo, conociéndose con el nombre de erasmismo la ideología basada en sus ideas y teorías. Muchas de sus obras, originalmente escritas en latín, se publicaron en castellano. La Universidad de Alcalá fue uno de los principales focos erasmistas en la península, e incluso personajes muy próximos al emperador Carlos V eran declarados partidarios de Erasmo. Entre sus opositores había miembros de órdernes religiosas que le acusaban de luterano.
En general, la lectura de las obras de Erasmo provocó en España tres consecuencias básicas: el prestigio de los estudios clásicos o de las humanidades; la acentuación de la piedad interior y personal, y una renovación de los estudios de la Sagrada Escritura. Y así Marcel Bataillon en su célebre libro Erasmo y España ha podido afirmar que para España el "erasmismo fue un movimiento positivo de renovación espiritual y un esfuerzo de cultura intelectual dominado por un ideal de piedad."
Durante los primeros años del reinado de Carlos V, el erasmismo se impuso de forma absoluta en España, pero a partir de 1530 las cosas empezaron a cambiar radicalmente. En el año 1536, por ejemplo, hay noticias de la prohibición de los Coloquios de Erasmo en español. Al mismo tiempo, la Inquisición desata una dura represión contra los erasmistas, que se va a acentuar con la abdicación del emperador en 1556. En ese momento los países católicos están a la defensiva frente a la extensión de la doctrina luterana y los controles internos se multiplican para impedir el contagio. El problema radicaba en que la Inquisición consideraba a Erasmo y a sus teorías como un camino directo hacia Lutero y hacia la fe protestante.
El movimiento de la Reforma Protestante se originó en el siglo XVI instigado por la necesidad de mejorar la iglesia cristiana. Comenzó exactamente en el 1517 cuando Martín Lutero publicó sus famosas 95 Tesis, una pieza muy polémica que abordaba cuestiones relacionadas con la penitencia, la salvación, la venta de las indulgencias por parte de la Iglesia Católica y el comportamiento del Papa.
Lutero desafió a la autoridad del papado al afirmar que la Biblia era la única fuente de autoridad religiosa. Creía que la salvación sólo se podía adquirir a través de la fe en Jesucristo y no requería necesariamente de la asistencia a la Iglesia. Esta reforma avivó el descontento entre los católicos de todo el mundo.
En 1516 y 1517, Johan Tetzel, un fraile dominico que sirvió como comisionado de indulgencias papales, fue enviado por la Iglesia Católica hasta Alemania con el fin de vender indulgencias para conseguir dinero para la reconstrucción de la Basílica de San Pedro en Roma. Las indulgencias se referían a la reducción de la pena por el perdón de los pecados.
Lutero protestó por la práctica de la venta de indulgencias en un escrito enviado al arzobispo de Maguncia y Magdeburgo el 31 de octubre de 1517. Lutero adjuntó una copia de las controversias que para él suscitaban dichas indulgencias, lo que luego se convirtió en las famosas 95 Tesis.
Su tesis 86 era toda una declaración de intenciones: ¿Porqué no el Papa, cuya fortuna es hoy mayor que la de los más opulentos ricos, no construye la Basílica de San Pedro con su propio dinero en vez de con el dinero de los pobres creyentes?”.
Para Lutero el perdón era sólo una prerrogativa de Dios. La venta de las indulgencias y las absoluciones no eran aceptables. Los cristianos debían ganarse su salvación en el seguimiento a Cristo, no por la compra de las indulgencias.
Lutero colgó una copia de sus 95 Tesis en las puertas de la iglesia del Castillo de Wittenburg, el mismo día que había redactado la carta que hoy se considera el origen de la Reforma Protestante. En dos semanas, sus tesis recorrieron toda Alemania, y en un mes ya se conocían en toda Europa. Esta Reforma Protestante no concluyó sino hasta la Paz de Westfalia en 1648.
Lutero fue rápidamente seguido por Calvino y Ulrich Zwingli. Éste último comenzó su protesta en Suiza casi al mismo tiempo que Lutero en Alemania. Después de la excomunión de Lutero, los escritos de Calvino ayudaron a impulsar el movimiento en Suiza, Escocia, Hungría, Alemania y el resto de Europa.
Referencias:
http://www.alipso.com/monografias/estado_moderno/
http://www.escritoresdeextremadura.com/escritoresdeextremadura/documento/art162.htm
http://historiageneral.com/2009/03/15/la-reforma-protestante-de-martin-lutero/